Cuando se dice que para entender la Historia hace falta perspectiva queda implícita la necesidad de que exista algún tipo de relatorio que permita estudiarla. Restos, documentación, crónicas…, en definitiva, diversos tipos de fuentes que mantengan la posibilidad de acercarse a los hechos para contrastarlos.
Salvo excepciones históricas (no sé, los restos de Pompeya, por ejemplo), esta narración de los hechos estará marcada por el punto de vista, algo que se verá marcado por mil y un factores que, en ocasiones, ni tienen que ver con la capacidad de elección: si se habla de una tragedia, la casualidad de estar en el meollo dará una información mas valiosa que estar a kilómetros de distancia. Es lógico.
Este sábado, 31 de marzo de 2012, la tragedia eligió as Fragas do Eume para hacer acto de presencia. Lo que era la mayor reserva de bosque atlántico de Europa, y uno de los grandes pulmones verdes de Galicia, empezó a arder y en estos momentos las brigadas todavía son incapaces de hacer frente a la suma de factores para extinguir el incendio.
Y sucede en este caso, como en otros recientes, que la presencia de las nuevas tecnologías amplifica la capacidad para recoger estos hechos de manera directa, porque se está ahí. La diferencia llega cuando te encuentras con material testimonial de quien simplemente tiene fuerzas para darle al botón de grabar de su cámara, o cuando este material ofrece, además, un valor de plano, eso que la wikipedia destaca así:
El plano cinematográfico es la unidad narrativa más pequeña pero significativa del hecho audiovisual. Es la parte de una película rodada en una única toma.
Es una vista desde la cámara de cine, una porción de espacio-tiempo.
Y este vídeo no es un simple testimonio, es un plano. Una unidad que proporciona una información de manera ordenada y sin artificios: el helicóptero que se acerca desde el foco del incendio transmite, con su minúscula presencia, la magnitud de la tragedia. El acercamiento y reencuadre de la cámara relatan lo que está sucediendo. En esta breve narración Eirexado cuenta muchas cosas:
Pd: la imagen pertenece a uno de los brigadistas que este fin de semana participaron en las labores de extinción.
Me ocurrió lo mismo cuando vi de donde cogía el agua. Y me hizo pensar en la pericia del piloto, porque no debe ser tan fácil.
Pero también se me ocurrió pensar en la situación económica actual y las medidas que nos están imponiendo. No creo que con eso se apague un gran fuego. #ocurrencias
Si, me sucedió un poco lo mismo al verlo. En realidad ni siquiera los hidroaviones aparentan tener demasiada capacidad contra un incendio en condiciones, pero al menos dan sensación de velocidad, de poder aumentar el ritmo de descargas…
Con todo hace un rato justo vi un ejemplo majo en el que se aprecia que la importancia de los helicópteros no debe residir únicamente en la capacidad de carga, sino en prever como se puede repartir el agua al caer. Concretamente en este vídeo.
además de la magnitud de la tragedia, o por encima de ello, veo la impotencia de conseguir resolverlo. Yo desconocía que los sistemas aéreos de extinción suponían tan escasa cantidad de agua en cada viaje. Me ha dado por pensar el CO2 que necesitará echar a la atmósfera un ejército de helicópteros con tan escasa cantidad de agua para poder hacer la extinción…