Todo es tan rápido que lo importante no arraiga. No sé dónde queda el tiempo de la tranquilidad para la reflexión, la tranquilidad de la convivencia con independencia de las diferencias y la diversidad.
El tiempo para una charla tranquila no lo dan las tecnologías por sí mismas, lo pueden potenciar pero si nos quedamos en eso suena a compulsión: “Hojas que antes de llegar al suelo se las lleva el viento”.