Alertas olvidadas

El 26 de diciembre de 2013 se produce un brutal ataque de palometas en Rosario, a orillas del río Paraná.

Aunque similar a la piraña, la palometa pertenece a una familia diferente, lo que no le resta peligrosidad en algunas de sus variantes, tal y como se vio en el suceso argentino.

Estas leves diferencias provocaron que a nivel mundial el percance fuera atribuido a pirañas, que poséen el patrimonio del terror en los ríos tropicales, y sus ataques pasaron al imaginario popular gracias a sus apariciones cinematográficas.

Alertas olvidadas - piranha

Joe Dante llevaba años participando en películas de serie B cuando Roger Corman le encarga aprovechar el tirón del éxito de Tiburón, de Steven Spielberg. El resultado fue Piraña, historia en clave paródica que trasladaba el horror de las profundidades a un entorno fluvial, y que en su desenlace incluye una masacre curiosamente similar al suceso de Rosario: en un entorno de ocio, los despreocupados bañistas montan tal sarao que provocan que las ya de por sí voraces pirañas mutantes acudan raudas a darse un banquete.

El suceso de Rosario ha despertado las alarmas respecto a sus causas. Aunque en general son todas válidas (subida de las temperaturas, bajo caudal, falta de depredadores, etcétera), parece que una idea flota sobre cualquier hipótesis: la gente se había olvidado de las palometas. Igual que en el tsunami de Oceanía los isleños incomprensiblemente se divertían con el descenso de la marea al haberse perdido la transmisión oral de las alertas, a orillas del Paraná parecen preocuparse ahora más por el cómo que por el evidente porqué: esos peces carnívoros y voraces sumaban años y años de ataques atendiendo única y exclusivamente a su propia naturaleza. O dicho de otro modo: no recordaban que podían estar ahí para moderles.

Los avances de la humanidad acotan las alertas históricas hasta hacerlas desaparecer, pero también existe más información documental gracias a la evolución de los sistemas de captación. A pesar de ello, la información derivada no llega, se pierde. Por ejemplo, ¿como atacan las pirañas? La cultura popular durante años ha provocado que pensemos en algo así:

Pero en youtube a día de hoy es posible encontrar casi cualquier cosa, aunque la realidad no parece ser bien aceptada por los usuarios. Una búsqueda con, por ejemplo, “piranha attack” ofrecerá, en términos generales, tres tipos de resultados:

  • Vídeos de programas de naturaleza.
  • Vídeos más o menos macabros de coleccionistas de especies raras mostrando como alimentan a sus ejemplares en acuarios.
  • Vídeos directamente sensacionalistas que (ya) hacen figurar la tragedia argentina para que sus usuarios en youtube sumen visitas en sus canales.

Y acceder a un conocimiento documental arranca en general con un aviso por parte del sistema: requieren una confirmación de mayoría de edad para poder ver el contenido. Si el vídeo es del primer tipo se accederá a una visión más o menos maquillada. Si es del segundo, será fácil ver avisos de sus creadores con una advertencia previa de este tipo: “en este vídeo se muestran imágenes reales de cómo se alimentan, no te quejes si te ofende algo que en el fondo es natural”. Y aún así, estos clips suelen acumular insultos en comentarios y grandes valoraciones negativas.

El tercer tipo no tiene, por desgracia, tantos filtros ni tantas críticas: al final un público mayoritario parece preferir regodearse en una tragedia sin que esto le proporcione más enseñanza que la existencia de una anécdota. Mientras tanto, las reglas de la naturaleza siguen existiendo ajenas a la mayor tragedia de todas: que algún día el ser humano intentará domesticarlas para no sentirse en peligro por sufrir su propia torpeza olvidando las alertas.

 

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8 Comments

  • Hace poco he leído ‘Colapso’, de Jared Diamond, y el asunto de las alertas olvidadas forma parte de uno de los mecanismos que menciona para que aquellas civilizaciones que están en peligro de desaparición dejen de tomar las medidas adecuadas para ello: cuando han olvidado los peligros que pudieron ver en el pasado, pero ya no queda nadie que lo recuerde. Especialmente importante en civilizaciones que no fueron capaces de desarrollar escritura, o que si lo hicieron, ésta se dedicó sólo a glosar la vida de reyes y dioses. Desde luego, encaja muy bien en lo que cuentas del tsunami (que no sabía, y que me parece interesantísimo: la gran preguntar sería si también los animales habían olvidado cómo se comporta su entorno), que bien puede cargarse una civilización entera por un mecanismo de cambio natural. Libro molón, por cierto, creo que os gustaría. Ya llegará comentario ya saben dónde!

    • Buena pinta el libro, sí. Interesante lo que dices de los animales, supongo que en esto hay que tener en cuenta los procesos de urbanización e industrialización, ya ves lo que ocurre con la fauna, sobre todos los pájaros, por la instalación de los molinos de viento.

    • Iago Glez

      Pues pinta bien el libro, sí, señor.

      Los animales no perdieron ese conocimiento, en el tsunami de Oceanía se destacaron las consabidas reacciones de perros y pájaros (en el prologo de la peli de Eastwood creo que se reflejaba esto, no?). Aquí lo interesante estaría en que los animales habrían asimilado este conocimiento casi a nivel genético (la transmisión esa que se realiza en humanos en la amígdala cerebral), y nosotros… Nosotros construimos piscinas y nos olvidamos de nadar en el mar, vaya.

  • Que sutileza hilvanando temas… Me parece muy interesante el análisis de la búsqueda en youtube: así nos in-formamos y así se establece la (i)lógica de las normas y prohibiciones. Nunca se me había dado por analizar ese tipo de búsquedas, pero se me ocurren algunos conceptos con los que puede resultar interesante ver el resultado.

    Sugerencia: el tema de las alertas olvidadas iría bien para una anotación en nuevas realidades 🙂

    • Iago Glez

      Esta manera de acotar los contenidos es muy curiosa, y también lo es cómo en los últimos años es básicamente google quien la usa, sea el youtube, blogger… Es inútil en términos restrictivos, claro, pero a nivel moral juega con un elemento muy poderoso: el sentimiento de culpa. En este caso concreto era absurdo: me avisaban de que era contenido muy desagradable y ofensivo cuando lo que iba a ver era como unos peces comían otros peces. Pero vamos a ver, si eso es el mundo animal!!!

      Y ya me apunto la anotación 😛

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