1 de mayo de 2013: Sinsal vuelve a ofrecer la oportunidad de asistir a un espectáculo musical de altura, y la presencia de Efterklang en Compostela no se olvidará fácilmente.
La experiencia de disfrutar de la música en directo se reubica gracias a experiencias como esta, o a extrañas casualidades como la que hicieron recalar en Coruña a los Austin Tv: es, en resumen, la posibilidad de acceder a los directos de pequeño formato en grandes ciudades. Pero en realidad es, sobre todo, la posibilidad de que se reúna un público verdaderamente interesado en ese proceso mágico e instantáneo, alejandose de esa lacra de grandes formatos propia de los meses de verano.
No es reciente el argumento de que los artistas tienen en la carretera el “remedio” contra el pirateo, pero a día de hoy la reconversión de los modelos de negocio en las industrias culturales sigue siendo una discusión habitual. La entrada para los Efterklang costaba 15€, una burla de cantidad comparada con otros gastos habituales. ¿Cual tiene que ser el objetivo? Es sencillo: que más gente comprenda el valor único que supone el poder asistir a eventos de pequeño o medio formato, allí donde realmente se puede apreciar la capacidad de toda esta gente para ganarnos por los oídos con discos que luego en realidad suena mucho mejor en directo.
Me habría gustado tener una cámara de verdad a mano, pero ese día iba de paisano y lo más parecido fue la GoPro. Con todo, este cierre de concierto vale un mundo: ellos sobre el escenario prácticamente sin instrumentos, y el público haciendo cola para intercambiar regalos en el cajón de los recuerdos de viaje del grupo.
Troco de recuerdos, como mola! Me encanta el arte de taconeo de la mujer 🙂
Non vexas o susto que levei…
Snif! 🙁
🙁